Ellenoa no se atreve a soñar con un final feliz. Tratada como una simple sirvienta por su propia familia, decide reescribir su destino acercándose al Duque Enoch Bayern Frederich, un libertino cínico y desilusionado, con una oferta que no puede rechazar: un vistazo al futuro a cambio de un año de compañía. Él acepta el contrato, sin saber que ese conocimiento conlleva un terrible precio, uno que podría costarle la vida a Ellenoa.