Al oír el llamado, Yi Mae dejó de hacer lo que estaba haciendo y se volteó.
El resto de los cuervos la miraron y rieron.
—Ves, es cierto. Se llama “mestiza”. Mírala darse la vuelta cuando le dicen así.
—Oye, mestiza. Vamos a ir a las aguas termales de Ungosan ahora mismo. ¿Quieres venir con nosotros?
—¿Yo? ¿De verdad puedo ir con ustedes?
La expresión de Yi Mae se iluminó cuando le dijeron que querían ir con ella.
Era la primera vez que escuchaba algo así.
Siempre que decía que quería ir con ellos a las aguas termales de Ungosan, se reían de ella.
Pero hoy, ellos fueron los primeros en proponer la visita.
—Entonces. Vayamos juntos.
—Y también subiremos caminando. No tienes que volar. Si se vuelve necesario hacerlo, te sujetaremos por ambos lados y volaremos.
—Sí. Como eres ligera, podemos tomarte de ambos lados sin que tengas que usar las alas.
—Entonces iré con ustedes.
Surgió la duda por la razón de un ofrecimiento así.
Era extraño si uno se detenía a pensarlo, pero Yi Mae no tenía tiempo para pensar en nada más porque al fin podría ir a las aguas termales de Ungosan, de las que solo había oído hablar.
No tenía tiempo para pensar en por qué habían cambiado repentinamente de opinión.
***
Habían pasado diez días desde aquel incidente.
Yi Mae no había ido a la cueva desde entonces.
Inventó la excusa de que estaba enferma para no ir.
Tenía miedo de volver. No dejaba de pensar en ello mientras se encerraba en su nido, poniendo como excusa que estaba enferma.
¿Por qué demonios la besó Nan Sae?
¿En qué estaría pensando?
Era un polluelo que ni siquiera llevaba un mes de nacido. Podría haber sido una broma.
Pero aunque lo fuera, no lograba entender la razón.
|No debería haber huido así en ese momento…|
Por supuesto, Yi Mae también sentía culpa.
Por irse así.
Debería haberle explicado por qué se sorprendió.
Pero en ese momento, la sorpresa y el miedo espantaron su serenidad para hacerlo. Y cuando quiso disculparse y dejó su nido para ir a la cueva, Nan Sae ya se había ido.
Normalmente, los polluelos se quedaban unos tres meses y luego se mudaban al palacio del jujak al alcanzar la madurez; pero, según lo que escuchó de otros, Nan Sae había abandonado la cueva justo después de aquel incidente y se había ido a su palacio.
A causa de su partida, ya no tenía forma de verlo.
No hay forma de encontrárselo, y definitivamente él no vendrá a verla.
Nan Sae ahora se ha convertido en un ser sobre las nubes.
El jujak está lejos, es inalcanzable. Ya se ha convertido en el rey del sur.
Los recuerdos de ella cuidándolo pronto desaparecerán de su memoria.
***
En realidad, hay otra razón por la que Yi Mae tenía el deseo de ir a las aguas termales de Ungosan.
Antes, solo quería ir porque el resto de cuervos lo hacían, esta vez era diferente.
Dicen que si uno se sumerge en las aguas termales de Ungosan, el poder divino propio aumentará.
Yi Mae es mestiza y su poder divino es menor que el resto de espíritus cuervo, por eso no puede volar correctamente.
Sin embargo, si se sumerge en las aguas termales de Ungosan, ¿no podrá volar mejor que ahora?
¿No podrá volar un poco más alto y ascender hasta las nubes? Porque allí es donde está el palacio del jujak
|Quiero disculparme. Por escaparme.|
Quería disculparse en persona por haberse sorprendido y haber salido corriendo en ese momento. Solo quería verlo y pedir perdón por el miedo, que la sorpresa fue mucha, que era la primera vez.
Para poder hacerlo, tenía que ser capaz de volar.
Tenía que poder volar alto, por encima de las nubes, no solo batir las alas.
Si entrara en las aguas termales de Ungosan, ¿no podría ganar poder divino para volar así?
—Síguenos rápido.
—De acuerdo. Gracias.
Yi Mae siguió apresuradamente a los cuervos que iban delante.
Ahora su tobillo estaba completamente curado.
Sin embargo, el camino hacia Ungosan era muy accidentado.
Dicen que cuanto más sagrada es la montaña, más difícil es escalarla. Pero ahora tiene amigos que la ayudarán, así que podrá hacerlo.
* * *
—Desde aquí hay que volar. No podemos continuar caminando.
Eso le dijeron a Yi Mae cuando llegaron a la mitad del Ungosan.
Ella ya se había caído y resbalado cinco veces en el camino.
El trayecto era así de accidentado. Justo por eso, sintió lástima por los que la acompañaban.
Si no fuera por ella, ellos ya habrían alzado vuelo.
—Vamos, toma nuestras manos.
Cuando dos cuervos extendieron las manos desde ambos lados, Yi Mae las sujetó sin dudarlo.
—Si agitas las alas, será incómodo para nosotros, así que plégalas, ¿de acuerdo?
—Sí, lo entiendo.
Ellos agarraron sus muñecas desde ambos lados.
Batieron sus alas y volaron.
***
|Es increíble…|
Al no poder volar, era la primera vez que estaba tan alto.
|Yo también quiero volar con mis propias alas…|
Yi Mae envidiaba a los que podían volar libremente.
Si tan solo sus alas fueran tan fuertes como las de ellos y pudiera volar libremente, entonces podría ir a donde quisiera.
Podría volar hasta Nan Sae, hasta las tumbas de sus padres y ver a quien quisiera cuando le diera la gana.
¿A qué altura estarán?
Los cuervos que sujetaban a Yi Mae a ambos lados intercambiaron miradas.
Tras hacerlo varias veces, soltaron simultáneamente las muñecas de Yi Mae.
—¡AH…!
Yi Mae gritó de sorpresa cuando la soltaron de repente.
Y al hacerlo, el cuerpo femenino comenzó a caer en picado.
—Mírala caer.
—¿De verdad es un cuervo? Aunque sea mestiza, ¿no debería poder volar?
—No es que no sepa volar, probablemente batirá sus alas antes de tocar el suelo.
—No morirá así, ¿verdad?
—Tiene alas. Si sabe cómo batirlas un poco, no morirá. En cambio, podría quedar lisiada.
—Ya es mestiza. Quién estaría triste si una mestiza queda discapacitada.
—Así es. No tiene familia.
—Por eso los mestizos son un problema. La última vez, dijo que me reemplazaría en el servicio, pero simplemente se fue y al día siguiente me metí en problemas
—¿Eso pasó?
—Cuando le dije que no me sentía bien ese día, dijo que me reemplazaría en el servicio. Así que le pedí que lo hiciera, pero simplemente se fue. Al día siguiente, Nan Sae-nim se enojó y se fue al palacio del jujak. Me regañaron por nada.
—Realmente es malvada. ¿Cómo pudo hacer algo así?
—Probablemente quería salpicarme con agua sucia.
—Necesita que se le enseñe una lección, a ver si se le quitan esas ideas.
—Vámonos rápido.
Los dos cuervos, al ver que Yi Mae caía, rieron y se fueron volando.
***
—¡Gyaaak!
El cuerpo de Yi Mae caía a una velocidad aterradora.
En cuanto la soltaron, empezó a caer en picada y nadie podía detenerla.
Aunque intentó extender las alas, no logró hacerlo porque la velocidad de caída era extrema.
Si tan solo pudiera extender las alas, volaría con todas sus fuerzas, pero ahora mismo, la velocidad de caída era tan aterradora que ni siquiera podía abrir bien los ojos.
Dejanos tu opinion
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!
Por favor, introduzca su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.