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Alas rotas y encierro en la jaula - Capítulo 6

Capítulo 06

 

 

Cuando Nan Sae dijo que eclosionó antes de tiempo porque ella le dijo que naciera rápido, se sintió como una tonta por tener miedo.

 

Tenía razón.

 

Fue ella quien recibió consuelo del huevo, abrazándolo y contándole todo tipo de quejas e historias triviales, y fue ella quien le pidió que naciera rápido.

 

Pero huyó.

 

Nan Sae debía estar herido. Él la recordaba más de lo que pensaba, hasta el punto de recordar la canción de cuna, pero terminó decepcionándolo. 

 

—No creo en tus palabras sobre no escapar. Así que tendré que arrancarte las alas para que no puedas hacerlo.

 

—¿Eh?

 

Por un momento, Yi Mae dudó de lo que oía.

 

¿Qué iba a hacer?

 

Sus miradas se cruzaron.

 

Aquellos ojos dorados lucían increíblemente fríos.

 

No, más que fríos, temblaban inquietantemente.

 

—Al no tener alas, no podrás escapar. Aunque no vueles bien por ahora, algún día podrías hacerlo. Si vuelas y escapas de aquí, eso sí sería un problema, ¿verdad? Así que sería mejor arrancarte las alas desde el principio.

 

—¡¿N-N-Nan Sae?!

 

Yi Mae ni siquiera tuvo la oportunidad de poner resistencia.

 

—¡KYAAAAAAH!

 

La mano de Nan Sae sujetó las alas de Yi Mae y se las arrancó de un tirón.

 

¡Aghhhhhhh-! 

 

Ella dio un grito aterrador cuando le arrancaron las alas de la espalda.

 

Un dolor terrible se apoderó de ella.

 

—¡AAAAAHH! 

 

Nan Sae finalmente le arrancó ambas alas.

 

Las plumas negras de las alas de Yi Mae se esparcieron por el suelo dorado.

 

Gotas rojas de sangre salpicaron las alas negras desordenadamente esparcidas.

 

—¡AHHHG! ¡AH! ¡AAAH!

 

Ella gritó mientras se desplomaba.

 

El dolor ante el desgarro fue inimaginable.

 

Se estaba asfixiando y sentía que iba a morir.

 

—Tranquila… No pasa nada. Pronto todo estará bien.

 

Nan Sae la abrazó, mientras estaba desplomada sangrando, y presionó su mano para contener la hemorragia.

 

Cuando su mano la tocó, la herida comenzó a sanar lentamente y, después de un rato, el sangrado se detuvo y la herida desapareció.

 

Como si nunca hubiera habido una herida desde el principio, la herida en la espalda de Yi Mae desapareció por completo y su espalda quedó limpia.

 

—Tu ropa está rota, ¿por qué no te la quitas?

 

Nan Sae tocó la costura de la ropa en la espalda femenina que se había roto junto con las alas y luego desgarró la prenda.

 

(Becky: Qué estoy traduciendo…).

 

 

* * *

 

 

—No dejaba de pensar en ello. No dejaba de pensar mientras estaba en ese pequeño y sofocante huevo. ¿Qué cara tendrías? ¿Cómo sonreirías? ¿Alguna vez has imaginado una cara solo por la voz?

 

La voz de Nan Sae era cariñosa, pero Yi Mae no pudo permitirse dejarse cautivar por esa voz.

 

No era porque le doliera.

 

El dolor de sus alas arrancadas había desaparecido por completo.

 

Como si fuera una ilusión, el dolor se esfumó, no dolía nada.

 

Sin embargo, en lugar del dolor, la invadió la vergüenza. Nan Sae había rasgado toda su ropa y la había llevado dentro para acostarla en una cama increíblemente ancha. No le sorprendió que la cama fuera más ancha que su nido, sí lo hizo el que él la hubiera acostado en ella.

 

No podía hablar.

 

—Pensé que tenía que salir rápido del huevo. Debía apresurarme y hacerte mía antes de que alguien más lo hiciera.

 

—Eso…

 

Eso es una locura.

 

¿Pensaba eso cuando estaba en el huevo?

 

¿No era solo un huevo?

 

No había pasado ni un mes desde que eclosionó, pero ya la miraba con los ojos y el cuerpo de un hombre adulto. 

 

—Yo, quiero decir, yo…

 

—Incluso cuando estuve atrapado en esa maldita agua durante mil años, no me importó. Pensé que solo eran mil años. Aguanté un milenio, pero no pude aguantar el último año. Ya llevaba un año escuchando tu voz y no quería esperar más. Hay muchos casos en los que te arrebatan lo que quieres por llegar tarde.

 

¿Mil años?

 

¿Mil años bajo el agua? ¿Qué significa eso? 

 

—Verás, el huevo de un Jujak no eclosiona en un año. Tiene que hundirse en un pantano sagrado impoluto durante mil años, absorbiendo la energía del cielo y la tierra antes de poder eclosionar. Una vez que sucede eso, les toca a ustedes, los cuervos, incubarlo. ¿De verdad pensaste que nací en un año?

 

Lo que más sorprendió a Yi Mae de su espera milenaria en el pantano, fue que hubiera eclosionado con tanta prisa porque quería verla.

 

¿Solo por ella?

 

¿El Jujak, el próximo rey del sur, salió apresuradamente de su huevo solo por un espíritu cuervo defectuoso?

 

¿Cómo podía creer eso?

 

—Te haré mi compañera.

 

—Pero soy un cuervo…

 

Era ridículo.

 

Ella era un cuervo.

 

Y ni siquiera un cuervo hecho y derecho, era un cuervo mestizo.

 

Una triste mestiza, el blanco de las bromas de otros cuervos.

 

Y aun así, quiere tenerla como compañera. ¿Se estaba burlando este hombre?

 

Claramente era una jugarreta.

 

Si no, ¿cómo sería posible?

 

—¿Qué tiene de malo un cuervo?

 

—Un cuervo…

 

—¿Quién decidió que un cuervo no puede ser mi compañera?

 

—Pero…

 

—Si yo no puedo elegir a mi compañera, ¿quién puede? ¿Quién aceptaría un compañero elegido por otro?

 

 

—Solo hay un Jujak en todo el mundo. Entonces, ¿cómo se aparean?

 

 

Yi Mae recordó las conversaciones que los otros cuervos habían tenido en el pasado. 

 

 

—No puede poner huevos por sí solo, ¿cómo podría aparearse y poner huevos?

—¿No conoces a la Bungsae?

—¿Bungsae?

—Es la única que puede ser compañera de un Jujak. Nosotros, los cuervos, ni siquiera podemos soñarlo.

 

 

Bungsae.

 

Una hermosa ave preparada para ser compañera del Jujak.

 

Escuchó la historia de esa hermosa ave a través de ellos. Es una criatura que nace en las profundidades del mar oscuro, y espera mil años en forma de pez y, después del milenio, se transforma en un hermoso ser alado de alas azules y asciende al cielo para convertirse en compañera del Jujak.

 

Cuando escuchó esa historia, pensó que era tan hermosa y sintió envidia.

 

Una ave que resiste mucho tiempo mientras espera que su compañero nazca, para luego desarrollar hermosas alas y ascender al cielo. Yi Mae hubiera querido convertirse en un hermoso pájaro como ese. 

 

En ese entonces había pensado que, si hubiera un compañero esperándola, también se habría esforzado como un fénix para convertirse en un hermoso cuervo a la altura de su pareja, pero después de darse cuenta de que eso no le sucedería a menos que ocurriera un milagro, dejó de soñar con ello.

 

A menos que muera y renazca, un cuervo sigue siendo un cuervo.

 

Y ella es un cuervo mestizo.

 

Nunca se convertirá en una bungsae, y mucho menos en la pareja de un jujak; nunca será una criatura de nobleza.

 

Pero Nan Sae le está pidiendo que se convierta en su compañera.

 

Debe estar haciendo eso porque no sabe mucho.

 

¿Sabrá que existe una compañera bungsae que lo ha estado esperando?

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