Capítulo 10 – Dar a luz
“Tu vientre no es pequeño, pero solo llevas una cría.” La pantera negra le dijo a Su Yan.
Su Yan se sorprendió. “¿Ah sí? Aún no he dado a luz, ¿cómo lo sabes?”
La pantera negra no respondió, solo siguió mirando su vientre. “Este hijo no parece ser del clan de los ratones. ¿Piensas criarlo?”
Su Yan: “Por supuesto que sí. Su padre murió, así que solo yo puedo criarlo. Qué pregunta más tonta.”
“¿Su padre murió?” La pantera ladeó la cabeza, mirándola.
Su Yan sintió un nudo en la garganta bajo su mirada. “S-sí.”
“¿Y si no estuviera muerto?”
“Imposible, lo vi con mis propios ojos exhalar su último aliento.”
“A veces, las apariencias engañan. Sea como sea, según las reglas, si una hembra tiene varios esposos, los hijos pertenecen al padre biológico. Y tú… ¿no parece que tenías un compromiso en el clan de los ratones?”
“¡No! Solo estaba… un momento, ¿cómo sabes tú lo de mi clan? ¿Quién eres en realidad?” Su Yan frunció el ceño.
Pero antes de que la pantera respondiera, su vientre se contrajo con un dolor agudo.
Aunque nunca había dado a luz, sabía que el momento había llegado.
Al hacer cuentas, parecía ser la fecha justa.
“¿Puedes buscar un chamán? Estoy a punto de dar a luz.” Su Yan se abrazó el vientre y sintió que su cuerpo estaba a punto de volver a transformarse en humano.
La pantera negra enseguida la sostuvo con la boca, saltó del árbol y corrió velozmente hacia la dirección de un poblado.
Su Yan, para no afectar su velocidad, reprimió a duras penas el impulso de transformarse.
Entonces, el sistema lanzó una advertencia: 【El huésped debe transformarse en forma humana para dar a luz. Obligatorio.】
【¡Maldición! ¿Acaso no quiero transformarme? ¡Pero mira la situación, no hay nadie para asistirme en el parto!】 Su Yan, atormentada por el dolor, soltó una blasfemia.
El sistema: 【Se puede activar el modo de parto automático. No se necesita partera ni ayuda.】
Su Yan: 【¿Qué? ¿También tiene esa función?】
El sistema: 【Sí.】
Entonces le transmitió el procedimiento del modo de parto automático.
Tras comprenderlo, Su Yan le dijo de inmediato a la pantera: “Detente, busca un lugar seguro, voy a dar a luz por mi cuenta.”
La pantera negra se detuvo al instante, miró alrededor y vio una pequeña hondonada con un arroyo. Fue allí rápidamente.
En la hondonada, la pantera primero la dejó en el suelo y luego lanzó un rayo desde su boca, arrasando un espacio plano.
Su Yan quedó completamente atónita. ¡¿Rayo, electricidad?!
Eso era demasiado increíble.
La pantera luego recogió con la boca un montón de hierba blanda y la colocó en el suelo. Finalmente, miró a Su Yan. “Tendrás que conformarte con esto.”
“Está bien, está más que bien.” Su Yan ahora estaba más preocupada de que, si lo irritaba, la fulminara.
Se colocó sobre el lecho de hierba y le dijo: “Tú… tú date la vuelta, voy a transformarme en humana.”
“¿De verdad podrás hacerlo?” En los ojos dorados de la pantera brillaba un rastro de preocupación.
Su Yan, aguantando el dolor, respondió: “Sí… si no puedo, entonces te llamaré para ayudarme.”
Con el sistema de su lado, debía salir bien.
La pantera, aunque con cierta inquietud, salió de la hondonada y se quedó guardando la entrada.
Su Yan recuperó su forma humana.
Como no tenía ropa, solo pudo cubrirse las partes íntimas con hierba.
Una oleada tras otra de dolor la hizo gritar.
La pantera giró bruscamente la cabeza, justo para ver el rostro de Su Yan bajo su larga cabellera blanca, contraído por el dolor.
Como si notara que la espiaba, Su Yan le devolvió la mirada, encontrándose con sus ojos llenos de preocupación.
Esbozó una sonrisa débil. Su hermosura absoluta, teñida de fragilidad conmovedora, era capaz de despertar compasión en cualquiera. “No mires más.”
“…De acuerdo.” La pantera volvió a girar la cabeza.
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