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El lugar donde se quebró la rosa dorada - Capítulo 58

Episodio 58

 

 

Además, su amigo recientemente tenía otra persona a quien dedicarle su tiempo además del trabajo: la señorita Karen Shanner.

 

Antes, ocupaba todo el día en el trabajo, salvo el mínimo tiempo que era para dormir y comer; ahora terminaba el trabajo lo más rápido posible y volvía corriendo a su casa. La razón era obvia: probablemente para pasar un poco más de tiempo con la novia con quien vivía.

 

Y ahora, ¿está jugando con esa pistola?

 

—¿Qué pistola es esa?

 

—¿Seguro que no puedes reconocer una pistola que viene de la propia empresa en la trabajas?

 

—No me refería a eso, pero ¿por qué de repente te dedicas a tu pasatiempo en medio de la apretada agenda?

 

Mirando las dos pistolas colocadas una al lado de la otra, parecía que no solo estaban modificando una.

 

Arthurus se acarició la barbilla y miró la pistola que acababa de ensamblar con cuidado.

 

Y entonces pensó en Karen, cuyas habilidades de tiro estaban mejorando hasta el punto en que pensó que podría ser una genio natural, y se rió disimuladamente.

 

—Hay algo.

 

—¿Cómo así?

 

—¿No querías tomarte unas vacaciones de navidad?

 

—Tengo mucho trabajo que hacer, así que subiré ahora.

 

Arthurus lo saludó y subió corriendo las escaleras, con una sonrisa traviesa.

 

Normalmente, terminaría el trabajo y volvería a casa, pero hoy parecía que sería difícil. Tenía documentos que leer toda la noche y una pistola que terminar de modificar…

 

Había una montaña de trabajo por hacer.

 

|Debería llamar a Karen.|

 

Cuando Arthurus llegaba muy pasada la noche a casa, Karen lo esperaba hasta tarde. Si no la contactaba ahora, sabía que lo esperaría toda la noche otra vez.

 

Hay alguien que lo espera en casa.

 

Sólo pensarlo le hace sentir extraño.

 

Era agradable verla esperándolo hasta el amanecer, luchando contra el sueño…

 

Pero más le gustaba verla cómoda, durmiendo cuando tenía que dormir y comiendo cuando tenía hambre.

 

 

《—¿Estará muy ocupado incluso durante Navidad?》

 

 

La voz que le hizo tal pregunta, con mucha cautela, todavía parecía provocarle cosquilleos en los oídos.

 

Aunque le respondió que estaría muy ocupado porque no podía hacerle una promesa que no pudiera cumplir, estaba decidido a hacer un esfuerzo.

 

Para poder pasar un rato tranquilo con ella durante la Navidad.

 

(Becky: El verdadero “If he wanted, he would”).

 

 

* * *

 

 

Arthurus realmente lo intentó.

 

Tener una cita navideña acogedora con Karen, como salir a comer y ver algún espectáculo.

 

Pero muchas veces los planes no salen según lo previsto.

 

—Su excelencia, no se ve bien.

 

—…

 

—¿Le duele algo?

 

Como resultado de tanto esfuerzo, iba a terminar perdiendo el tiempo en una fiesta innecesariamente concurrida en lugar de solo citas para los dos. Fue porque su abuelo, con su indiscreción, le sugirió a Karen organizar una fiesta navideña con invitados. Estuvo de acuerdo porque pensó que sería buena idea presentarla formalmente delante de mucha gente para que no fuera ignorada ni menospreciada.

 

Siendo ese el caso, le hubiera gustado pasar algún tiempo con Karen en Nochebuena, pero…

 

—Déjalo en paz, Karen. No le gusta quedarse a dormir en casa de su abuelo.

 

Como estarían ocupados preparando la llegada de los invitados el día de Navidad, Karen sugirió pasar el día anterior con la familia, así que Arthurus decidió pasar la noche en casa de su abuelo. También pensó que sería mejor dormir allí que llegar temprano y cansado a la fiesta del día siguiente.

 

—Eso no es posible. El duque se preocupa mucho por el abuelo.

 

Sí, Arthurus se preocupa por él. Porque es su única familia.

 

Pero era un tema aparte descartar por completo el deseo de pasar tiempo a solas con la mujer que le gustaba.

 

 

《 —Mañana será un día ocupado, así que, ¿qué tal si pasamos un rato tranquilo juntos hoy?》

 

 

Pero Karen reaccionó de forma muy ingenua ante la propuesta de Arthurus, quien le había sugerido pasar algún tiempo a solas, fingiendo no estar tan desesperado como lo estaba.

 

(Becky: Jajaja, me da pena Arthurus).

 

 

《 —Claro que no. El duque también se siente mal por dejar solo a su abuelo.》

 

 

Karen tendía a verlo como alguien demasiado agradable.

 

Con su habitual rostro inexpresivo y una mirada asesina en sus ojos que parecía lista para matar a alguien, Arthurus apoyó la barbilla en el dorso de su mano y no respondió realmente a las palabras de Karen.

 

Ella observó su rostro en silencio.

 

Por más que lo pensó, no había razón para que estuviera enojado, así que pensó en un motivo para esa cara sufriente…

 

¿Estaba realmente tan enojado?

 

—Karen.

 

En ese momento, Jude Cullen, que estaba tomando el té tranquilamente y cerca, la llamó con afecto.

 

—Ya llegaron los zapatos nuevos que pedí. Ve a probártelos.

 

Jude Cullen le hizo un gesto a la sirvienta para que la guiara.

 

—Volveré pronto…

 

Mientras se levantaba con torpeza, ella aún tenía una expresión incómoda en su rostro debido a la atmósfera siniestra del Arthurus, pero siguió las palabras del anciano y se dirigió al tocador para probarse los zapatos.

 

Sólo cuando los pasos de Karen estuvieron completamente fuera del alcance del oído, Jude Cullen, que había estado conteniendo la risa, sonrió radiantemente

 

—¡Qué tipo de mente tan cerrada!

 

—No me molestes.

 

—Si ya viven juntos, ¿realmente es tan malo tomarse un tiempo libre como hoy o mañana?

 

—…Es Navidad.

 

—¿Desde cuándo celebras tú la navidad?

 

Jude Cullen rió como un niño travieso para su edad. El surco entre las cejas de Arthurus se profundizó, y a medida que se hacía más profundo, la travesura de Jude Cullen también crecía.

 

No pudo evitar alegrarse por la situación. Era la primera vez que veía a su nieto así.

 

El momento en el que debía ser más honesto acerca de sus sentimientos.

 

El momento en el que tiene que actuar de la forma más infantil.

 

Ese momento en el que podía ser simplemente un niño.

 

Sin embargo, Arthurus, que se había convertido en adulto muy temprano en su vida, nunca había mostrado sus sentimientos hasta ahora.

 

Después de perder la paz mental por la muerte repentina de su hija, su yerno y su esposa, Jude Cullen quedó abrumado por todo.

 

Enterarse del matrimonio infeliz de su hija y presenciar el yo destrozado de su nieto.

 

En aquel entonces, tenía que haberle dado tiempo a su nieto con paciencia y amor, pero falló como adulto. Por ello, Arthurus, de niño, tuvo que reprimir sus emociones y soportarlo todo solo.

 

Fue una alegría y una maravilla para Jude poder ver en su nieto los aspectos que debería haber mostrado de joven, aunque fuera tarde.

 

—Mmm…

 

Los ojos de Jude Cullen se volvieron tan agudos como los de una serpiente mientras observaba a su nieto no poder expresar adecuadamente esta emoción y simplemente fruncir el ceño.

 

—¿Lo sabías, Arthur?

 

—¿Qué intentas decir mientras pones esa cara?

 

—Mientras estabas ocupado trabajando, tuve muchas conversaciones con Karen…

 

Jude Cullen se inclinó como si estuviera teniendo una conversación muy secreta y susurró suavemente en el oído de su nieto.

 

—Karen odia a los hombres de mente cerrada.

 

—…

 

Arthurus apartó la mirada del abuelo que reía entre dientes.

 

…Maldita sea.

 

También sabía que estaba siendo bastante infantil. Después de todo, Karen lo estaba haciendo por su familia.

 

Aunque debería estar lo suficientemente agradecido, estaba actuando como un niño malo de corazón retorcido.

 

No era nada maduro ni caballeroso.

 

Intentó reflexionar con calma sobre su condición y cambiar de actitud.

 

—…Es agradable verlo.

 

Entonces, cuando oyó la voz sonriente de su abuelo, Arthurus lo miró con expresión perpleja.

 

—Ahora pareces un niño de tu edad.

 

—Irónico. ¿Ya olvidaste cuántos años tengo?

 

—A mis ojos todavía pareces el niño de aquel entonces.

 

—…Dónde puedes ver un niño tan grande.

 

Fue casi la primera vez que lo vio reaccionar con torpeza y vergüenza. Jude Cullen levantó su taza de té con una sonrisa cariñosa.

 

—Sólo puedo agradecerle a Karen.

 

Porque le mostró el lado infantil de Arthurus que no había podido ver porque no le dió el apoyo que necesitaba cuando era pequeño.

 

Cuando Arthurus alcanzó la edad adulta, Jude Cullen renunció a su cargo como tutor del duque y a su puesto como director de la empresa en la que había trabajado toda su vida, y se lo entregó todo a su nieto. Su único deseo era que Arthurus conociera a una mujer que realmente amara y formara una familia feliz.

 

Él era miembro de la familia Arthurus, pero también fue alguien que lo lastimó. Las fisuras emocionales de aquellos años habían quedado enterradas fuera de la vista, pero no habían desaparecido del todo.

 

Incluso si pudiera borrar por completo el pasado, considerando su edad, Arthurus necesitaba desesperadamente otra familia, ya que no podría permanecer al lado de su nieto por mucho tiempo.

 

—Este anciano ya no le tiene miedo a la muerte.

 

Arthurus, que todavía fruncía el ceño ante las palabras que el anciano murmuraba para sí mismo mientras tomaba un sorbo de té, abrió los ojos de par en par por la sorpresa.

 

—¿Por qué? ¿Te sorprende?

 

Sin embargo, al ver a su abuelo reírse con sorna, Arthurus estuvo a punto de estallar y movió los labios como si fuera a decir algo, pero al final soltó un profundo suspiro.

 

—Por eso… no me gustan los chistes del abuelo.

 

Jude Cullen, que bien podría haberse sentido ofendido por aquel reproche, observó con calma a su nieto, cuyo rostro serio dejaba entrever preocupación y afecto, y dejó la taza de té suavemente sobre la mesa.

 

—Arthur, en realidad…

 

A diferencia de cuando bromeaba juguetonamente, ahora los labios del anciano se movían de forma particularmente pesada.

 

Click, click

 

Se oyó el sonido de los zapatos bajando afanosamente del piso de arriba.

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